Rev. Luis M Ortiz: Esta es una gran exclamación de David, leemos: “¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán grande es tu nombre en toda la tierra!” Salmo 8:9.
David era un aplicado estudiante y conspicuo observador de la creación, como también un profundo adorador del Creador. Dice él: “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el
hijo del hombre, para que lo visites?” (Salmo 8:3-4). En una gran exclamación de gratitud y de sincera adoración agrega: “¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán grande es tu nombre en toda la tierra!” (Salmo 8:9).
¡Verdaderamente nuestro Dios es grande!
ÉL ES GRANDE EN AMOR. El Evangelio según San Juan 3:16 dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Su amor es tan grande que sacrificó a su propio Hijo
para nuestra salvación.
Pablo dice: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).
Juan dice: “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios” (1 Juan 3:1).
DIOS ES GRANDE EN BENIGNIDAD. En Éxodo 34:6 Dios se proclama a sí mismo como grande en benignidad. Él no puede ser de otro modo en su gran benignidad, Él hace que el sol salga sobre justos e injustos (Mateo 5:45).
Cuando Dios proclamó su benignidad a Moisés, nos dice la Biblia que: “Moisés, apresurándose, bajo la cabeza hacia el suelo y adoró” (Éxodo 34:8). No es para menos. Cuántos insensatos hay que blasfeman el nombre de Dios, y esto para su propia perdición.
DIOS ES GRANDE EN MISERICORDIA. Dice la Biblia: “Que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión, el pecado” (Éxodo 34:7).
El Salmo 136, haciendo un recuento de la grandeza, de la misericordia, y de la bondad de Dios; termina cada versículo diciendo: “Porque para siempre es su misericordia.”
DIOS ES GRANDE EN GLORIA. El Salmo 138:5 dice: “La gloria de Jehová es grande.”
El mundo ha visto grandes manifestaciones de la gloria de Dios. Como cuando la nube de la gloria de Dios guiaba al pueblo de Israel en el desierto, y luego se asentaba sobre el tabernáculo. Cuando la llama de su gloria ardía en el lugar santísimo. Los profetas vieron algo de
la gloria de Dios. E Isaías exclamó: “Toda la tierra está llena de Su gloria” (Isaías 6:3).
Pero la más grande demostración de la gloria de Dios la hemos visto en la encarnación de su Hijo amado, por eso Juan dice: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” (Juan 1:14).
Nosotros que hemos experimentado la gloria de Dios en nuestras vidas, por medio de nuestro Señor Jesucristo, es por esto que siempre decimos: ¡Gloria a Dios!
DIOS ES GRANDE EN PODER. En Job 37:23 dice: “Él es Todopoderoso, al cual no alcanzamos, grande en poder...”
Él es el creador de todas las cosas. Dice en Jeremías 32:17-18, y leemos: “¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti… Dios grande, poderoso, Jehová de los ejércitos es su nombre”.
No le hace todas las teorías y las especulaciones de los hombres, con relación al origen del universo y de la vida, queda siempre inconmovible la verdad de que Dios hizo todo con su gran poder, pues nada hay explicación aparte del Dios Todopoderoso.
DIOS ES GRANDE EN FIDELIDAD. En Lamentaciones 3:23 dice: “Grande es tu fidelidad.” Ciertamente Él es grande en su fidelidad. Él es fiel a Su Palabra.
Ninguna de sus palabras cae por tierra (2 Reyes 10:10). El Cielo y la Tierra pasará, pero su Pablara permanece para siempre (Mateo 24:26). Aunque nosotros seamos infieles, Él permanece fiel, no se puede negar a sí mismo (2 Timoteo 2:13).
Cuando rechazamos la grandeza de su amor, de su benignidad, de su misericordia, de su gloria, de su poder, de su fidelidad, tenemos que afrontarnos a la grandeza de su ira. Dice en Jeremías 36:7, y leemos: “Porque grande es el furor y la ira que ha expresado Jehová”.
ÉL TAMBIÉN ES GRANDE EN SU JUSTICIA. Y dice la Biblia que no dará por inocente al malvado y al pecador (Éxodo 34:7).
Aquellos que no se refugien en la grandeza de su amor, sufrirán los rigores de la grandeza de Su justicia y de Su ira.
En Apocalipsis capítulo 16 nos habla de las siete copas llenas de la ira de Dios, que han de ser derramas sobre la tierra y sus moradores. Y vendrán plagas, las aguas se convertirán en sangre; el sol quemará a los hombres, estos se morderán las lenguas de dolor; habrá relámpagos, y truenos, y temblores de tierra, granizó; las ciudades desaparecerán, las islas se hundirán.
Y será entonces, ante esa gran manifestación de la ira de Dios sobre la tierra, que también caerá para siempre la gran ramera (Apocalipsis 17), esa iglesia pseudo-cristiana, esa religión semi pagana; que ha corrompido a las multitudes, que ha fornicado con los reyes de la tierra; que se viste de púrpura y escarlata, adornada con oro, con piedras preciosas y perlas; embriagadas con la sangre de los santos de los cristianos, de los evangélicos, de los seguidores de Jesús. En la gran manifestación de la ira de Dios, esa Iglesia corrompida y corrompedora caerá para siempre. Y cuando cae se oye en el cielo cuatro Aleluyas.
Amigo, si no quieres sufrir el eterno rigor de la ira de Dios, por tu pecado, mejor es que ahora mismo aceptes la grandeza del amor de Dios y todo lo que Él ha hecho por ti. Acepta a Jesucristo como tu gran Salvador. Amén.
Tomado: http://impactoevangelistico.net/
Rev. Luis M Ortiz: Esta es una gran exclamación de David, leemos: “¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán grande es tu nombre en toda la tierra!” Salmo 8:9.
David era un aplicado estudiante y conspicuo observador de la creación, como también un profundo adorador del Creador. Dice él: “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el
hijo del hombre, para que lo visites?” (Salmo 8:3-4). En una gran exclamación de gratitud y de sincera adoración agrega: “¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán grande es tu nombre en toda la tierra!” (Salmo 8:9).
¡Verdaderamente nuestro Dios es grande!
ÉL ES GRANDE EN AMOR. El Evangelio según San Juan 3:16 dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Su amor es tan grande que sacrificó a su propio Hijo
para nuestra salvación.
Pablo dice: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).
Juan dice: “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios” (1 Juan 3:1).
DIOS ES GRANDE EN BENIGNIDAD. En Éxodo 34:6 Dios se proclama a sí mismo como grande en benignidad. Él no puede ser de otro modo en su gran benignidad, Él hace que el sol salga sobre justos e injustos (Mateo 5:45).
Cuando Dios proclamó su benignidad a Moisés, nos dice la Biblia que: “Moisés, apresurándose, bajo la cabeza hacia el suelo y adoró” (Éxodo 34:8). No es para menos. Cuántos insensatos hay que blasfeman el nombre de Dios, y esto para su propia perdición.
DIOS ES GRANDE EN MISERICORDIA. Dice la Biblia: “Que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión, el pecado” (Éxodo 34:7).
El Salmo 136, haciendo un recuento de la grandeza, de la misericordia, y de la bondad de Dios; termina cada versículo diciendo: “Porque para siempre es su misericordia.”
DIOS ES GRANDE EN GLORIA. El Salmo 138:5 dice: “La gloria de Jehová es grande.”
El mundo ha visto grandes manifestaciones de la gloria de Dios. Como cuando la nube de la gloria de Dios guiaba al pueblo de Israel en el desierto, y luego se asentaba sobre el tabernáculo. Cuando la llama de su gloria ardía en el lugar santísimo. Los profetas vieron algo de
la gloria de Dios. E Isaías exclamó: “Toda la tierra está llena de Su gloria” (Isaías 6:3).
Pero la más grande demostración de la gloria de Dios la hemos visto en la encarnación de su Hijo amado, por eso Juan dice: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” (Juan 1:14).
Nosotros que hemos experimentado la gloria de Dios en nuestras vidas, por medio de nuestro Señor Jesucristo, es por esto que siempre decimos: ¡Gloria a Dios!
DIOS ES GRANDE EN PODER. En Job 37:23 dice: “Él es Todopoderoso, al cual no alcanzamos, grande en poder...”
Él es el creador de todas las cosas. Dice en Jeremías 32:17-18, y leemos: “¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti… Dios grande, poderoso, Jehová de los ejércitos es su nombre”.
No le hace todas las teorías y las especulaciones de los hombres, con relación al origen del universo y de la vida, queda siempre inconmovible la verdad de que Dios hizo todo con su gran poder, pues nada hay explicación aparte del Dios Todopoderoso.
DIOS ES GRANDE EN FIDELIDAD. En Lamentaciones 3:23 dice: “Grande es tu fidelidad.” Ciertamente Él es grande en su fidelidad. Él es fiel a Su Palabra.
Ninguna de sus palabras cae por tierra (2 Reyes 10:10). El Cielo y la Tierra pasará, pero su Pablara permanece para siempre (Mateo 24:26). Aunque nosotros seamos infieles, Él permanece fiel, no se puede negar a sí mismo (2 Timoteo 2:13).
Cuando rechazamos la grandeza de su amor, de su benignidad, de su misericordia, de su gloria, de su poder, de su fidelidad, tenemos que afrontarnos a la grandeza de su ira. Dice en Jeremías 36:7, y leemos: “Porque grande es el furor y la ira que ha expresado Jehová”.
ÉL TAMBIÉN ES GRANDE EN SU JUSTICIA. Y dice la Biblia que no dará por inocente al malvado y al pecador (Éxodo 34:7).
Aquellos que no se refugien en la grandeza de su amor, sufrirán los rigores de la grandeza de Su justicia y de Su ira.
En Apocalipsis capítulo 16 nos habla de las siete copas llenas de la ira de Dios, que han de ser derramas sobre la tierra y sus moradores. Y vendrán plagas, las aguas se convertirán en sangre; el sol quemará a los hombres, estos se morderán las lenguas de dolor; habrá relámpagos, y truenos, y temblores de tierra, granizó; las ciudades desaparecerán, las islas se hundirán.
Y será entonces, ante esa gran manifestación de la ira de Dios sobre la tierra, que también caerá para siempre la gran ramera (Apocalipsis 17), esa iglesia pseudo-cristiana, esa religión semi pagana; que ha corrompido a las multitudes, que ha fornicado con los reyes de la tierra; que se viste de púrpura y escarlata, adornada con oro, con piedras preciosas y perlas; embriagadas con la sangre de los santos de los cristianos, de los evangélicos, de los seguidores de Jesús. En la gran manifestación de la ira de Dios, esa Iglesia corrompida y corrompedora caerá para siempre. Y cuando cae se oye en el cielo cuatro Aleluyas.
Amigo, si no quieres sufrir el eterno rigor de la ira de Dios, por tu pecado, mejor es que ahora mismo aceptes la grandeza del amor de Dios y todo lo que Él ha hecho por ti. Acepta a Jesucristo como tu gran Salvador. Amén.
Tomado: http://impactoevangelistico.net/