Dios puso en el corazón de David la necesidad de trasladar el arca, que
no estuviera más ausente, pero en esta ocasión el arca no era
trasladada conforme Dios lo había ordenado. Lo más significativo del
arca era que representaba el pacto de Dios con el ser humano,
especialmente con un pueblo que Él había apartado, representaba la
gloria de Dios sobre Israel, representaba el Dios guerrero de la nación
hebrea que se había comprometido con Abraham y su descendencia, cuando
ellos veían el arca recordaban el pacto de Dios sobre todos ellos.
Los filisteos habían enviado el arca en un carro nuevo y lo tiraban unas vacas que trajeron sin ningún problema, no hubo ninguna novedad en el camino. David pensó que si usaban bueyes, acostumbrados al yugo, a ser dirigidos, será mejor. En 1 Crónicas 13:5, se convocó al pueblo y les pidió opinión si estaban de acuerdo en que el arca fuese trasladada a Jerusalén y dice la Biblia que a todo el pueblo le pareció bien, ellos consideraban los bueyes más nobles, además eran adiestrados para trasladar el arca sin ninguna novedad, se abolió lo que estaba establecido. Dios había dicho que el arca debía ser llevada en hombros de los levitas que irían a pie.
“David y toda la casa de Israel danzaban delante de Jehová con toda clase de instrumentos de madera de haya; con arpas, salterios, panderos, flautas y címbalos” (2 Samuel 6:5). La Biblia dice que: “Cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió su mano al arca de Dios, y la sostuvo; porque los bueyes tropezaban. Y el furor de Jehová se encendió contra Uza, y lo hirió allí Dios por aquella temeridad, y cayó allí muerto junto al arca de Dios. Y se entristeció David por haber herido Jehová a Uza, y fue llamado aquel lugar Pérez-uza, hasta hoy. Y temiendo David a Jehová aquel día, dijo: ¿Cómo ha de venir a mí el arca de Jehová? De modo que David no quiso traer para sí el arca de Jehová a la ciudad de David; y la hizo llevar David a casa de Obed-edom geteo” (2 Samuel 6:6-10).
Si Dios no interviene allí hubiera parecido que todo estaba bien y se hubiera cambiado el modo de trasladar el arca, pero Dios que guarda su Palabra y su Obra no permite que cualquiera se introduzca encubiertamente para hacerle daño a la Obra o para abolir lo que Él ha establecido. Todo programa por bueno que parezca donde se violenta los principios de Dios no sirven y al Señor no le interesa por qué se está sustituyendo los fundamentos de su Palabra; lo que es de Dios hay que respetarlo. No se precipite porque a Uza Dios lo castigó con muerte por precipitarse a sostener el arca; no trate de sostener lo que Dios solo puede sostener; Dios es celoso con su Obra y no deja que la manipulen de cualquier manera.
En 2 Samuel 6:11 nos dice la Palabra: “Y estuvo el arca de Jehová en casa de Obed-edom geteo tres meses; y bendijo Jehová a Obed-edom y a toda su casa”. El arca fue llevada a casa de Obed-edom, un hombre que no era de la descendencia israelita, pero se había hecho uno más de ellos, un hombre piadoso, de un buen testimonio; y dice que el arca estuvo allí tres meses “y bendijo Jehová a Obed-edom y a toda su casa”. Cuando llegó el arca a la tierra de los filisteos Dios trajo destrucción y mortandad, pero cuando llegó a la casa de un hombre justo que honraba a Dios esa misma presencia bendijo a este hombre y a toda su casa.
Cuando David escucha que la casa de Obed-edom había sido bendecida “llevó con alegría el arca de Dios de casa de Obed-edom a la ciudad de David. Y cuando los que llevaban el arca de Dios habían andado seis pasos, él sacrificó un buey y un carnero engordado. Y David danzaba con toda su fuerza delante de Jehová; y estaba David vestido con un efod de lino. Así David y toda la casa de Israel conducían el arca de Jehová con júbilo y sonido de trompeta” (2 Samuel 6:12-15).
En 1 Crónicas 15:13-15, él les recuerda ese traslado y les dice: “Pues por no haberlo hecho así vosotros la primera vez, Jehová nuestro Dios nos quebrantó, por cuanto no le buscamos según su ordenanza. Así los sacerdotes y los levitas se santificaron para traer el arca de Jehová Dios de Israel. Y los hijos de los levitas trajeron el arca de Dios puesta sobre sus hombros en las barras, como lo había mandado Moisés, conforme a la Palabra de Jehová”. Que bueno cuando aprendemos que cuando se va en contra de las cosas divinas no se puede seguir y triunfar; que bueno que aprendamos a respetar la Palabra, a entender que lo que es de Dios, es de Dios; que no es el arca nuestra, es el arca de Dios, es el testimonio de Dios el que llevamos.
¿Usted está dispuesto a cerrarle la puerta a cualquier carro nuevo? Hay que hacerlo con responsabilidad, con valentía, porque aquí es donde se necesita. Que Dios nos ayude.
Tomado de: http://impactoevangelistico.net
Los filisteos habían enviado el arca en un carro nuevo y lo tiraban unas vacas que trajeron sin ningún problema, no hubo ninguna novedad en el camino. David pensó que si usaban bueyes, acostumbrados al yugo, a ser dirigidos, será mejor. En 1 Crónicas 13:5, se convocó al pueblo y les pidió opinión si estaban de acuerdo en que el arca fuese trasladada a Jerusalén y dice la Biblia que a todo el pueblo le pareció bien, ellos consideraban los bueyes más nobles, además eran adiestrados para trasladar el arca sin ninguna novedad, se abolió lo que estaba establecido. Dios había dicho que el arca debía ser llevada en hombros de los levitas que irían a pie.
“David y toda la casa de Israel danzaban delante de Jehová con toda clase de instrumentos de madera de haya; con arpas, salterios, panderos, flautas y címbalos” (2 Samuel 6:5). La Biblia dice que: “Cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió su mano al arca de Dios, y la sostuvo; porque los bueyes tropezaban. Y el furor de Jehová se encendió contra Uza, y lo hirió allí Dios por aquella temeridad, y cayó allí muerto junto al arca de Dios. Y se entristeció David por haber herido Jehová a Uza, y fue llamado aquel lugar Pérez-uza, hasta hoy. Y temiendo David a Jehová aquel día, dijo: ¿Cómo ha de venir a mí el arca de Jehová? De modo que David no quiso traer para sí el arca de Jehová a la ciudad de David; y la hizo llevar David a casa de Obed-edom geteo” (2 Samuel 6:6-10).
Si Dios no interviene allí hubiera parecido que todo estaba bien y se hubiera cambiado el modo de trasladar el arca, pero Dios que guarda su Palabra y su Obra no permite que cualquiera se introduzca encubiertamente para hacerle daño a la Obra o para abolir lo que Él ha establecido. Todo programa por bueno que parezca donde se violenta los principios de Dios no sirven y al Señor no le interesa por qué se está sustituyendo los fundamentos de su Palabra; lo que es de Dios hay que respetarlo. No se precipite porque a Uza Dios lo castigó con muerte por precipitarse a sostener el arca; no trate de sostener lo que Dios solo puede sostener; Dios es celoso con su Obra y no deja que la manipulen de cualquier manera.
En 2 Samuel 6:11 nos dice la Palabra: “Y estuvo el arca de Jehová en casa de Obed-edom geteo tres meses; y bendijo Jehová a Obed-edom y a toda su casa”. El arca fue llevada a casa de Obed-edom, un hombre que no era de la descendencia israelita, pero se había hecho uno más de ellos, un hombre piadoso, de un buen testimonio; y dice que el arca estuvo allí tres meses “y bendijo Jehová a Obed-edom y a toda su casa”. Cuando llegó el arca a la tierra de los filisteos Dios trajo destrucción y mortandad, pero cuando llegó a la casa de un hombre justo que honraba a Dios esa misma presencia bendijo a este hombre y a toda su casa.
Cuando David escucha que la casa de Obed-edom había sido bendecida “llevó con alegría el arca de Dios de casa de Obed-edom a la ciudad de David. Y cuando los que llevaban el arca de Dios habían andado seis pasos, él sacrificó un buey y un carnero engordado. Y David danzaba con toda su fuerza delante de Jehová; y estaba David vestido con un efod de lino. Así David y toda la casa de Israel conducían el arca de Jehová con júbilo y sonido de trompeta” (2 Samuel 6:12-15).
En 1 Crónicas 15:13-15, él les recuerda ese traslado y les dice: “Pues por no haberlo hecho así vosotros la primera vez, Jehová nuestro Dios nos quebrantó, por cuanto no le buscamos según su ordenanza. Así los sacerdotes y los levitas se santificaron para traer el arca de Jehová Dios de Israel. Y los hijos de los levitas trajeron el arca de Dios puesta sobre sus hombros en las barras, como lo había mandado Moisés, conforme a la Palabra de Jehová”. Que bueno cuando aprendemos que cuando se va en contra de las cosas divinas no se puede seguir y triunfar; que bueno que aprendamos a respetar la Palabra, a entender que lo que es de Dios, es de Dios; que no es el arca nuestra, es el arca de Dios, es el testimonio de Dios el que llevamos.
¿Usted está dispuesto a cerrarle la puerta a cualquier carro nuevo? Hay que hacerlo con responsabilidad, con valentía, porque aquí es donde se necesita. Que Dios nos ayude.
Tomado de: http://impactoevangelistico.net